El lado místico de la lactancia

bebe en lactancia


Cada vez son más las madres que consideran el beneficio de la lactancia en favor de la salud de sus hijos y la suya propia.  

Científicamente hablando sus beneficios son extraordinarios, pues en el caso de los bebés les ayuda a fortalecer sus sistema inmunológico, previniendo así algunas afectaciones como: el asma, la obesidad, diabetes, alergias, entre otras.  

Por su parte la madre corre menos riesgo de sufrir depresión post parto, ayuda a la mineralización de los huesos y puede ser un factor de ayuda para no padecer cáncer de ovario y pecho. 

Pero además de esto, la lactancia materna tiene otros pros que aunque no sean demostrados por la ciencia, pueden ser perceptibles a niveles emocionales. 

Por ejemplo, dejando de lado temas como la libertad de amamantar dónde y cuando se quiera, el tema de hacerlo en público puede no ser siempre la mejor opción a la hora de digerir los alimentos.  
Imagínate que tú te dispones a comer y deseas estar de lo más tranquila, y de pronto sientes que eres observada: puede que se les antoje tu comida, que la critiquen, que observen tus modales a la hora de ingerir bocado, en fin una serie de variantes que de algún modo, con intención o no, te hacen sentir incómoda.  

Con el alimento de los bebé es igual.  Puede que el bebé aún no hable, pero percibe (en algún otro artículo hemos hablado de cómo pueden hacerlo desde el vientre materno), y aunque esté rodeado de gente que lo quiere como mamá y papá, hay otras presencias que percibe como ajenas de sus progenitores; que en ése momento de intimidad no le sientan muchas veces bien.  
Los cólicos en los bebés como en los adultos se deben a que no estamos digiriendo bien los alimentos, pero sobre todo los alimentos emocionales.  

Antiguamente las madres usaban reboso o alguna linda cobija para cubrir al bebé a la hora de alimentarse. Aunque posteriormente fue difundido como pudor de madre, la realidad es que era un conocimiento ancestral para proteger el cuerpo energético del lactante, ya que, como hemos dicho anteriormente, si a los adultos les llega a afectar la desarmonía a la hora de alimentarnos, imagínate qué sucede con un bebé.  

Por eso, sin el falso pudor de cubrir los senos de la madre, lo realmente importante es crearle a tu hijo un ambiente  idóneo para que disfrute del alimento emocional más relevante de su vida: la lactancia.  

Otro beneficio sin duda es el lazo espiritual que se crea entre madre e hijo. Por eso también es prioridad que vivas un buen proceso emocional desde el embarazo hasta (por lo menos) la finalización de la lactancia; aunque claro, el bienestar emocional afectivo de la madre siempre es prioridad en la salud de los hijos hasta los 13 años.  Recuerda que no solamente lo estas alimentando con tu leche, sino con todas tus emociones. Y así como hablamos del fortalecimiento inmune, la lactancia también fortalece la salud emocional

Finalmente a ti como madre te enseña el beneficio de dar.  Has pasado de ser energía receptora a energía dadora. Tú espíritu reconoce el dar incondicionalmente que te crea endorfinas para mantenerte alegre no solo en tu proceso de madre, sino como mujer.

Amamantar puede ser un proceso doloroso, pero lo más beneficioso en la vida de tu bebé se mama de mamá.  


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