5 acciones que los niños detestan
Cuando un niño se enoja, generalmente lo vemos como producto de un berrinche sin importancia y estamos seguros "que ya se le pasará". Pero, ¿porque desvalorizamos tanto las emociones de los niños?
Esta idea de que el mundo infantil es el paraíso mismo y que por ello nada les afecta, es uno de los errores más grandes que cometemos los adultos en relación a ellos. Si bien es cierto, que en relación a un adulto sus cuerpos son menos desarrollados y no cuentan con las mismas responsabilidades, es un error creer que sus emociones son diminutas y pasajeras.
Si tomamos en cuenta que su consciencia del mundo es desarrollarse en un estado de libertad y facilidad, cuando les ponemos ciertos obstáculos físicos o emocionales, su nivel de respuesta a la frustración es mucho más potente que la de cualquier adulto. Y claro, parte de la formación infantil esta basada en adquirir herramientas que les permitan manejar la frustración en el presente y a largo plazo, pero muchas veces en un afán de "educar" para desarrollarles una inteligencia social y emocional, caemos en el error de sumergirlos en eso que no queremos: frustración y enojo.
Por eso, aquí tienes una guía de 5 cosas que aplicas en la formación de tus hijos y que ellos detestan.
- Decir No. Aunque la verdad es que no detestan tanto la palabra no, sino que no les digas el porque no. El clásico "ya te dije que no" _¿por qué?_ "porque no". Es de las cosas que más los frustran. ¿Por qué? porque sienten en su inconsciente que no valoras su capacidad de entender una razón. Y sí, ya sé lo que estás pensando. Algunas veces has tratado de dar la mejor razón por la cual le das una negativa, y tu pequeña/o te sigue insistiendo (la insistencia es táctica no falta de comprensión), pero a veces damos razones ficticias que su energía fácilmente reconoce como mentira y de ahí que tratan de conseguir lo que desean. Es mejor decir un "no" con una explicación sincera, que un "no" con un guión mentiroso detrás.
- Contar sus cosas. A veces en un afán de crear una conversación que nos libre de hablar de nosotros mismos, utilizamos las experiencia y anécdotas de los hijos para rellenar espacios conversacionales. Lo peor es que muchas veces esto se lleva a cabo con ellos presentes, lo que les resulta más molesto e incómodo. Respetar la privacidad de la vida de los niños, es tan importante como respetar la propia.
- Evidenciarlos en público. No hay cosa que los niños detesten más, que ser víctimas del juicio de terceros. Cualquiera que sea la situación, es mejor llevarlos a un lugar privado, o bajar el tono de voz.
- Ser comparados. Seguramente a ti tampoco te gusta que te comparen, bueno tan sencillo como eso. Si quieres saber más sobre el tema lee "Papá, mamá: ¡ya basta de compararme!
- Mentiras. Volvemos al tema de la valoración. Muchas veces se cree que los niños no tienen capacidad de entendimiento, y tienen mucha más de la que te imaginas. Quizá a niños de generaciones pasadas era mucho más sencillo mentirles, pero en la actualidad los chicos cuentan con un nivel de intuición mucho mayor y reconocen los problemas, así como las mentiras en su entorno. Cuando se dan perfecta cuenta que les estás mintiendo, piadosa o deliberadamente, su nivel de autoestima baja significativamente. Háblales siempre en el nivel de verdad que te pidan.
Si procuramos aplicar efectivamente estos 5 puntos, podemos tener la certeza de que estamos efectuando acciones que ayuden a los niños a reconocer y manejar efectivamente la frustración en sus vidas.
Mantente en contacto y recibe más información a través de las redes sociales de PFHS, o directamente desde la web.
Texto: Jacklyn Mèndez